Pandemiario

Pandemiario brota de una especie de exigencia presentida, a partir de reflejos y reflexiones producidas por el confinamiento. Los poemas, que surgen de la observación profunda de aquel tiempo, poseen grandes dosis de intuición de aquella realidad nueva a que obligaba el encierro: más lectura, más meditaciones, más conversaciones; un modo nuevo y distinto de contemplar cosas o hechos a menudo triviales, un darse cuenta de otros hechos que antes pasaban inadvertidos, como el sonido o el ruido constante, los recorridos de la luz de la tarde por los rincones de la casa, los nuevos hábitos…

Los aforismos, que forman parte del poemario al mismo nivel que los poemas, fueron surgiendo en vigilias nocturnas o matutinas como una encadenación de ideas sin solución de continuidad. Son ellos los que albergan el germen originario que inaugura la escritura con el título Una teoría del lenguaje viral, que no es propiamente un poema ni tampoco un aforismo, sino más bien una reflexión que da consistencia unitaria al resto del conjunto.

En este libro, el orden de los poemas va de «fuera» a «dentro», lo que permite ir desde la tercera persona hasta llegar a un yo central, provocando un efecto cada vez más intimista. La excepción son los dos últimos poemas, que, pretenden aportar un sentido final «cósmico» y optimista.